ORACIÓN DE LA MAÑANA DE HOY 28 DE JUNIO – RENUEVA MI ENERGÍA PADRE CELESTIAL – OREMOS CON AMOR – MARCOS 4:40
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En el nombre del Padre y del hijo y del espíritu Santo, amén.
Señor, al comenzar este nuevo día, te doy gracias por el don de la vida y por permitirme contemplar un nuevo amanecer. Con humildad y esperanza, te ruego que renueves mi energía y fortalezcas mi espíritu para enfrentar los desafíos que hoy se presenten en mi camino. Tú, que eres el Creador del universo y el Padre Celestial, conoces mis debilidades y mis necesidades más profundas, por eso confío en tu infinita bondad y en tu amor incondicional.
Amado Dios, en medio de las tareas y responsabilidades que debo cumplir, te pido que infundas en mí una energía nueva y vigorosa durante este día. Que cada paso que dé y cada decisión que tome esté guiada por tu sabiduría y tu luz. Así mismo, te ruego que me des la paciencia y la perseverancia necesarias para cumplir con mis obligaciones con diligencia y amor, sabiendo que contigo a mi lado todo es posible mi Señor.
Bendito Creador, en los momentos de agotamiento y cansancio, recuérdame que tu fuerza es infinita y que en ti puedo encontrar el descanso que mi cuerpo y mi alma necesita. Renueva mi energía, Señor Dios mío, para que pueda seguir adelante con valentía y determinación, y por ello, te pido que me llenes de tu paz y tu serenidad, para que, en medio de las dificultades, pueda encontrar en ti el refugio y el consuelo que mi corazón anhela.
Salvador mío, en mis relaciones con mis hermanos, te ruego que me des la energía y el entusiasmo necesarios para ser un testimonio vivo de tu amor y tu misericordia. Ayúdame a ser un reflejo de tu bondad, actuando siempre con compasión y comprensión hacia quienes me rodean, y que mis palabras y acciones sean una fuente de inspiración y aliento para los demás, mostrando así tu presencia en mi vida.
Dios mío, te pido que renueves no solo mi energía física, sino también mi energía espiritual, que llenes mi corazón de tu gracia y de tu amor, para que pueda enfrentar cada día con una fe renovada y una esperanza firme, que mi espíritu se fortalezca en tu presencia, y que tu luz guíe cada uno de mis pasos, permitiéndome vivir de acuerdo con tu Santa Voluntad.
Padre Celestial, al concluir este día, te agradezco por tu constante compañía y por renovar mi energía y mi espíritu. Por ahora te pido que me concedas un descanso reparador, para que al despertar mañana, pueda enfrentar un nuevo día con renovada fuerza y entusiasmo; yo bajo tu amparo me refugio, Señor, confiando en que tu amor y tu gracia me sostendrán siempre, pues yo confío en ti.
Amén +
REFLEXIÓN
Hermanos míos, la renovación de nuestra energía es un don que Dios nos concede cada día, para que podamos enfrentar los desafíos de la vida con fe y esperanza. En nuestras tareas diarias y responsabilidades, es fundamental recordar que no estamos solos, pues el Señor, en su infinita bondad, nos acompaña y nos fortalece. Ya nos lo dice el profeta Isaías cuando dice: “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” una muestra, que de la mano de Dios, todo lo podremos conseguir a pesar de las circunstancias.
En momentos de agotamiento y cansancio, es fácil olvidar que nuestra fuerza proviene de Dios, sin embargo, es precisamente en esos momentos cuando debemos recurrir a Él con mayor fervor. San Pablo nos enseña en su carta a los Filipenses: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Estas palabras nos invitan a confiar plenamente en el poder de Dios, sabiendo que Él nos dará la energía necesaria para continuar adelante con nuestras obligaciones y desafíos.
Amigos, la renovación de nuestra energía no solo se refiere a nuestra capacidad física, sino también a nuestra fortaleza espiritual, pues al buscar la presencia de Dios en nuestra vida diaria, encontramos la paz y la serenidad que necesitamos para enfrentar cada situación con calma y confianza, entonces la oración y la meditación en la palabra de Dios son herramientas poderosas que nos ayudan a renovar nuestro espíritu y a mantenernos firmes en nuestra fe.
También en nuestras relaciones con los demás, la energía renovada que Dios nos concede nos permite ser un reflejo de su amor y misericordia, y es que al actuar con compasión y comprensión, mostramos a los demás la presencia de Dios en nuestras vidas. Esto no solo fortalece nuestros lazos con quienes nos rodean, sino que también nos convierte en testigos vivos de la bondad divina, pues cada palabra y acción pueden ser una fuente de inspiración y aliento para los demás.
Hermanos, la gratitud por la renovación de nuestra energía debe estar siempre presente en nuestro corazón. Reconocer que nuestras fuerzas provienen de Dios nos llena de humildad y nos motiva a vivir con un espíritu de agradecimiento, y al final de cada día, es importante reflexionar sobre las bendiciones recibidas y agradecer a Dios por su constante compañía y protección.
Vivir entonces en la presencia de Dios y confiar en su poder renovador nos permite enfrentar la vida con una fe inquebrantable y una esperanza firme. Al recordar que nuestra fuerza proviene de Él, encontraremos el coraje y la determinación necesarios para superar cualquier dificultad, y confiar en la promesa de que Dios siempre estará a nuestro lado, guiándonos y sosteniéndonos, nos llenará de paz y alegría, permitiéndonos vivir cada día con un corazón lleno de amor y de gratitud.
Que nuestro Señor los renueve hoy y que les de grandes bendiciones en este nuevo día.
Hermanos para terminar nuestra oración de hoy, hagamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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