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ORACIÓN DE LA MAÑANA DE HOY JUEVES 30 DE MAYO DE 2024 – SALMO 32:7

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En el nombre del Padre y del hijo y del espíritu Santo, amén.

En este amanecer, mientras el mundo despierta a un nuevo día, mi corazón se vuelve hacia ti, buscando la calma y la protección que solo tú puedes ofrecer. En ti me refugio, Señor, en busca de consuelo en mis momentos de incertidumbre, de fuerza en mis debilidades y de luz en las sombras que a veces encuentro en mi camino.

Señor mío, en el trajín de mi vida diaria, con sus retos y sus alegrías, en ti encuentro mi santuario y mi paz. En el trabajo, donde las exigencias y los desafíos pueden abrumar mi espíritu, te busco, Señor, para que seas mi guía, inspirando cada decisión y cada acción con tu sabiduría y amor, por eso haz que mi labor sea un reflejo de tu excelencia y bondad, un testimonio vivo de mi fe en Ti.

En mis relaciones, sean familiares, amistades o encuentros casuales a lo largo del día, en ti quiero refugiarme Señor, para buscar la paciencia, la comprensión y el amor incondicional que solo tú puedes infundir en mi corazón. Ayúdame por favor, a ser un instrumento de tu paz, a ofrecer palabras de aliento en lugar de crítica, a mostrar compasión en lugar de indiferencia, y a ser un faro de esperanza y luz para aquellos que atraviesan momentos de oscuridad.

Mi Dios, en los momentos de soledad, cuando las dudas y los temores intentan apoderarse de mi corazón, en ti quiero refugiarme. Recuérdame por favor que nunca estoy solo, que tu presencia es una constante en mi vida, ofreciéndome refugio y seguridad siempre y así que pueda descansar en la certeza de tu amor y de tu protección, sabiendo que bajo tus alas encuentro el resguardo que necesito.

Te pido también amado Creador, por mi crecimiento personal y espiritual, que cada día sea una oportunidad para acercarme más a ti, para conocer mejor tu palabra y tu voluntad para el bien de mi vida. Que mis pruebas se conviertan en testimonios de tu gracia y que mis victorias sean ocasiones para glorificar tu Santo nombre.

Bendito Señor, te pido que seas el sanador y consuelo de mi cuerpo y espíritu, en los momentos de enfermedad o desaliento, que pueda recordar que mi fuerza proviene de ti, y que en mi debilidad, tu poder se perfeccione para brindarme siempre tu ayuda.

Dios mío, al mirar el mundo que me rodea, con sus bellezas y sus heridas, en ti busco refugio, busco también mucha sabiduría para saber cómo actuar, cómo aportar mi granito de arena para hacer de este un lugar mejor. Por eso te pido, que mi inspires a vivir de manera que honre la creación que has puesto bajo mi cuidado, a ser consciente de mi huella en este mundo, a ser generoso con los menos afortunados, y a ser valiente en la defensa de la justicia y la verdad.

Al concluir este día mi Dios, que mi corazón pueda encontrar descanso en ti, reflexionando con gratitud sobre cada momento vivido, cada lección aprendida y cada bendición recibida. Que la paz que encuentro en tu refugio sea la luz que ilumine mi descanso, preparándome para un nuevo día bajo tu guía y protección.

Por eso en ti me refugio, Señor, hoy y siempre.

Amén +

REFLEXIÓN

Apreciados hermanos, en estos primeros momentos, cuando el mundo aún no ha impuesto su ritmo, nos encontramos un espacio sagrado para la introspección y la conexión con nuestra esencia más profunda. Este tiempo de reflexión no es meramente una pausa en la agitación de la vida; es una invitación a reconocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades, a entender nuestras necesidades y a formular nuestras esperanzas.

Esta búsqueda de refugio y guía es un reconocimiento de nuestra humanidad compartida, de nuestra necesidad intrínseca de apoyo y dirección. Nos recuerda que, a pesar de la diversidad de nuestros caminos, hay un anhelo común por la seguridad, el amor y la comprensión. Este anhelo nos une, impulsándonos a buscar, a veces conscientemente y otras veces guiados por una fuerza interior, un refugio que nos ofrezca más que protección física; normalmente buscamos un refugio que alimente nuestro espíritu, que sane nuestras heridas y que ilumine nuestro camino.

En el día a día, este refugio se manifiesta en nuestras acciones, decisiones y en cómo interactuamos con los demás. Se refleja en la búsqueda de momentos de calma en medio del caos, en el esfuerzo por ser un faro de esperanza y compasión, y en la valentía de enfrentar los desafíos con fe y determinación. Es un recordatorio de que, más allá de las dificultades y los momentos de duda, hay una fuerza que nos guía, nos protege y nos impulsa hacia adelante.

El crecimiento personal y espiritual que se deriva de esta búsqueda es fundamental para nuestra jornada. Nos enseña a valorar cada experiencia, a aprender de cada prueba y a celebrar cada victoria. Nos motiva a vivir de manera auténtica y plena, conscientes de nuestro lugar en el mundo y comprometidos con dejar una huella positiva en aquellos que nos rodean y en el entorno que compartimos.

Al final del día, cuando el sol se oculta y llega el momento de descansar, podemos reflexionar sobre el refugio que hemos encontrado y ofrecido. Es un tiempo para agradecer, para reconocer las bendiciones recibidas de Dios y para prepararnos para continuar nuestro viaje con renovada esperanza y fortaleza.

Es por eso que la búsqueda de refugio en Dios, se debe convertir en una práctica diaria, un camino hacia la paz interior y hacia una vida más consciente y conectada con nuestro Creador.

Que Dios los bendiga y que tengan un excelente día. 

Hermanos para terminar nuestra oración de hoy, hagamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

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