ORACIÓN DE LA MAÑANA DE HOY MARTES 21 DE MAYO DE 2024 – MATEO 5:3
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En el nombre del Padre y del hijo y del espíritu Santo, amén.
Amado Jesús, en esta nueva mañana me acerco a ti con un corazón agradecido por el regalo de un nuevo día. Reconozco Tu luz que ilumina mi camino y guía mis pasos en la jornada que se despliega ante mí.
Te agradezco por el don precioso de la vida y por amarme incondicionalmente. En este amanecer, abro mi ser a Tu presencia, buscando la fortaleza y la sabiduría que solo Tú puedes brindar.
Señor, permíteme enfrentar este día con valentía y compasión. Concédenos la fuerza para superar los desafíos que puedan surgir y la compasión para comprender y apoyar a nuestros semejantes. Que cada encuentro sea una oportunidad para manifestar Tu amor redentor.
Hoy, te pido, Jesús, que transformes mi corazón. Que el amor que nos enseñas sea la fuerza motriz de mis acciones. Ayúdame a amar a los demás como Tú nos amas, con un amor que va más allá de las palabras, que se manifiesta en gestos de bondad y comprensión.
En este amanecer, te presento mis preocupaciones y anhelos. Toma mis cargas y concédeme la paz que solo proviene de confiar en Ti. Que Tu amor sea mi refugio en momentos de incertidumbre y mi consuelo en tiempos de dificultad.
Señor Jesús, te ruego que bendigas a aquellos que están en necesidad. Que Tu amor alcance a los enfermos, los afligidos y los desesperanzados. Sé su luz en la oscuridad y su consuelo en la aflicción.
Conviérteme en un instrumento de Tu amor, Jesús. Que mis palabras y acciones reflejen la compasión y la generosidad que nos has mostrado. Que pueda ser una luz en la vida de los demás, compartiendo el amor que Tú has depositado en mi corazón.
Encomiendo este nuevo día a Tu cuidado, confiando en Tu gracia para guiarme. Que cada paso que dé sea un testimonio de Tu amor transformador. Amado Jesús, gracias por Tu presencia constante. En Ti confío, hoy y siempre.
Amén +
REFLEXIÓN
La plegaria que compartimos resuena con un llamado profundo al amor en diversas dimensiones: el amor propio, el amor hacia los demás y el amor hacia Dios. Estas tres expresiones de amor forman un tejido espiritual que ilumina el camino de la vida.
El amor propio, implícito en la petición de transformación del corazón, refleja el reconocimiento de la importancia de cultivar una relación saludable con uno mismo. Al buscar la transformación interior, estamos aceptando la necesidad de amarnos y valorarnos, reconociendo que solo desde una base de amor propio podemos irradiar amor genuino hacia los demás.
La plegaria también destaca el amor hacia los demás como un componente esencial de la vida espiritual. Al pedir valentía y compasión para enfrentar el día, estamos solicitando la fuerza para amar a los demás de manera activa y compasiva. Este tipo de amor va más allá de las palabras; es un compromiso de actuar con bondad y comprensión en nuestras interacciones diarias.
El amor hacia Dios se manifiesta a lo largo de toda la plegaria. Desde el agradecimiento por el regalo de un nuevo día hasta la entrega de preocupaciones y anhelos, la oración refleja una profunda confianza en la providencia divina y en el amor incondicional de Dios. En este contexto, el acto de confiar nuestras cargas a Dios es un gesto de rendición, reconociendo que su amor es más grande que nuestras preocupaciones.
La plegaria nos invita a ser canales de amor divino, buscando no solo recibir amor, sino también compartirlo con los demás. Este aspecto trasciende las fronteras del ego y nos conecta con una perspectiva más amplia de la humanidad, donde el amor se convierte en un puente que une a las personas.
En resumen, la reflexión sobre esta plegaria nos lleva a reconocer que el amor es el hilo conductor que une cada aspecto de nuestra vida espiritual. Amar y valorarnos a nosotros mismos nos capacita para amar a los demás de manera auténtica. Y, a su vez, este amor se expande hacia una conexión más profunda con lo divino, recordándonos que en el corazón de nuestra fe se encuentra el amor que nos sustenta y nos guía en cada paso de nuestro viaje espiritual.
Amén +
Hermanos para terminar nuestra oración de hoy, hagamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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