ORACIÓN DE LA MAÑANA DE HOY VIERNES 15 DE JULIO – LIBERA MIS ANGUSTIAS SEÑOR – OREMOS CON AMOR
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En el nombre del Padre y del hijo y del espíritu Santo, amén.
Libera mis angustias, Señor, al comenzar este nuevo día bajo tu mirada amorosa, pues tú, que eres el Padre Celestial y el Creador de todas las cosas, conoces las preocupaciones que habitan en mi corazón. Con tu infinita sabiduría, guía mis pensamientos y acciones para que pueda enfrentar cada desafío con la confianza de saber que no estoy solo, sino bajo tu protección constante, para que siempre pueda tomar, las mejores decisiones.
Amado Dios, en las responsabilidades que tengo que asumir hoy, te pido que me des fortaleza y claridad, para que pueda cumplir con mis deberes con diligencia y serenidad, sabiendo que tu mano poderosa es la que me sostiene. Libera mis angustias por favor, Señor, cuando las tareas se vuelvan abrumadoras y el camino parezca incierto, y que tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, guarde mi corazón y mi mente en Cristo Jesús.
Libera mis angustias, Señor, cuando enfrente conflictos o malentendidos, y dame la sabiduría para actuar con justicia y compasión, y en mis relaciones con los demás, Señor, ayúdame a ser un reflejo de tu amor y misericordia, que pueda ofrecer apoyo y comprensión a quienes lo necesitan, y que mis palabras y acciones sean siempre guiadas por tu Espíritu Santo. Bendice a mi familia y amigos, y fortalece nuestros lazos con tu amor eterno.
Bendito Creador, en los momentos de soledad y reflexión, te pido que tu presencia sea mi consuelo y mi guía, y cuando la ansiedad y el miedo intenten invadir mi corazón, recuérdame tus promesas de fidelidad y de amor eterno. Haz que mi fe se fortalezca en estos tiempos de prueba, y que pueda encontrar en ti la seguridad y el descanso que mi alma anhela. Libera mis angustias, Señor, y llena mi vida con la esperanza y la alegría que solo tú puedes ofrecer.
Salvador mío, al observar la belleza de tu creación, mi corazón se llena de gratitud y asombro. Cada amanecer es para mí un recordatorio de tu renovación constante y de las nuevas indulgencias que traes cada día. Mi Dios, que esta maravilla me inspire a vivir con un espíritu de gratitud y reverencia, cuidando de la creación y sirviendo a los demás con amor y humildad.
Al final de este día, Padre Celestial, que mi corazón esté lleno de paz y gratitud por tu constante compañía. Por favor libera mis angustias, Señor, y permite que mi descanso sea reparador y lleno de tu presencia, y que al despertar mañana, pueda nuevamente alabarte y glorificar tu nombre, agradeciendo por tu amor infinito y tu gracia abundante, sabiendo que me has sanado y liberado de toda angustia y zozobra en mi vida.
Amén +
REFLEXIÓN
Hermanos, en la vida cristiana enfrentamos muchas veces el peso de las preocupaciones y ansiedades que amenazan con abrumarnos. Es en estos momentos de angustia donde nuestra fe en Dios se convierte en un ancla firme y segura, ya que Jesús nos ofrece consuelo y dirección en nuestras tribulaciones con sus palabras: “Vengan a mí todos los que están cansados y cargados, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28). Esta invitación a descansar en Él es un recordatorio constante de que no estamos solos en nuestras luchas.
Las responsabilidades diarias, ya sean laborales, familiares o personales, pueden parecer abrumadoras, sin embargo, al recordar que Dios está con nosotros, podemos encontrar la fortaleza para cumplir con nuestras obligaciones con diligencia y serenidad. San Pablo nos dice y exhorta en Filipenses: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias” (Filipenses 4:6). Al entregar nuestras preocupaciones a Dios en oración, permitimos que su paz, que sobrepasa todo entendimiento, guarde nuestros corazones y mentes en Cristo Jesús.
En nuestras relaciones con los demás, la misericordia y el amor de Dios deben reflejarse en nuestras acciones y palabras. Jesús nos enseñó a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:39), y este amor requiere paciencia, comprensión y perdón. Cuando enfrentamos conflictos o malentendidos, debemos pedir a Dios la sabiduría y la gracia para actuar con justicia y compasión, así nuestras interacciones, se convierten en testimonio vivo del amor de Dios en nuestras vidas.
La soledad y el tiempo de reflexión son oportunidades preciosas para profundizar nuestra relación con Dios. En los momentos de mayor ansiedad y miedo, recordar las promesas de Jesús nos fortalece. “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden” (Juan 14:27). En esta promesa, encontramos el consuelo y la seguridad que solo el amor de Dios puede ofrecer.
La belleza de la creación también nos habla del amor y la renovación constante de Dios y cada amanecer, es un símbolo de las nuevas misericordias de Dios, renovadas cada mañana. Como nos recuerda el Salmo 118:24: “Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él”. Este gozo y gratitud por la creación nos inspira a cuidar de nuestro mundo y a vivir con un espíritu de reverencia y servicio.
Finalmente, al concluir cada día, debemos reflexionar sobre las bendiciones recibidas y la presencia constante de Dios en nuestras vidas. Encomendando nuestras angustias y preocupaciones a él, encontramos descanso y renovación, y al despertar, renovamos nuestra alabanza y gratitud por su amor infinito y su gracia abundante, preparándonos para enfrentar un nuevo día bajo su guía y protección.
Así, en medio de nuestras luchas y preocupaciones, recordemos siempre acudir a Dios en oración, confiando en su promesa de estar con nosotros y de liberarnos de nuestras angustias, llenando nuestras vidas de paz y esperanza.
Que el Señor los bendiga y que tengan un excelente día.
Hermanos para terminar nuestra oración de hoy, hagamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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